A finales de este mes, Zimbabue pondrá en marcha un controvertido programa que implica el sacrificio de cerca de mil elefantes. Esta medida busca aliviar la presión sobre los recursos naturales del país y proporcionar carne a las comunidades locales que sufren los efectos devastadores de la sequía provocada por el fenómeno de El Niño. La ministra de Medio Ambiente, Clima y Vida Silvestre, Sithembiso Nyoni, confirmó la noticia a EFE.
Nyoni explicó que Zimbabue enfrenta una sobrepoblación de elefantes que supera la capacidad de sus bosques. “Estamos hablando con ZimParks (Parques Nacionales y Vida Silvestre de Zimbabue) y con comunidades locales sobre el tema. Haremos lo que Namibia ha hecho anteriormente: sacrificaremos a los elefantes y movilizaremos a nuestras mujeres locales para recoger la carne y secarla para beneficiar a las comunidades como alimento proteínico”, señaló la ministra.
El sacrificio se realizará de manera legal y tiene como objetivo descongestionar los paisajes del país, que alberga alrededor de 100 mil elefantes. Además, se espera que esta medida reduzca los conflictos entre humanos y animales salvajes. Este será el segundo sacrificio de elefantes llevado a cabo por Zimbabue desde su independencia en 1980; el primero se realizó en 1988. Desde 1965, se estima que alrededor de 50 mil elefantes han sido sacrificados en el país.
Zimbabue sigue así el ejemplo de Namibia, que a finales de agosto anunció un plan para sacrificar 723 animales, incluidos elefantes, cebras, hipopótamos y búfalos, con el objetivo de aliviar la escasez de alimentos provocada por la sequía.
Más de 30 millones de personas en el sur de África han sido afectadas por la grave sequía causada por El Niño, según informes de las Naciones Unidas a principios de junio. La región ha experimentado el febrero más seco en 100 años, con precipitaciones que alcanzaron solo el 20% de lo habitual. Además de la sequía, la inseguridad alimentaria se ha visto agravada por desafíos socioeconómicos y altos precios de los alimentos.
Los países del sur de África, incluyendo Angola, Sudáfrica, Mozambique, Namibia, Malaui, Zambia y Zimbabue, están enfrentando las severas consecuencias de la sequía. Los últimos cuatro han declarado estados de emergencia para abordar la crisis.
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