Golpe a las artimañas contra la inmigración de Texas. Un juez federal ha obligado este miércoles a retirar el muro flotante que el gobernador Greg Abbott mandó a establecer en el Río Bravo, la frontera natural entre México y Estados Unidos.
La decisión judicial sigue a meses de protestas de colectivos de derechos humanos y varias voces que desde Washington y Ciudad de México calificaban de inhumana la barrera. La Administración del presidente Joe Biden demandó a Texas en julio por la medida, que considera poco humanitaria y un riesgo al ecosistema.
David Ezra, el togado federal, ha dado la razón al Departamento de Justicia y dio al Gobierno local hasta el 15 de septiembre para levantar las boyas. Abbott ha anunciado que apelará la decisión.
Las boyas fueron desplegadas a principios de julio en una franja frente a la ciudad texana de Eagle Pass, que colinda con Piedras Negras, Coahuila. El gobernador republicano, Greg Abbott, firmó en junio una declaratoria de emergencia que le permitió hacerse con recursos especiales para instalarlas a lo largo de 350 metros de río. Eran unas grandes esferas de color naranja rodeadas de alambre de púas.