Savannah, Georgia – 25 de septiembre de 2024. El expresidente Donald Trump ha vuelto a sacudir el panorama económico con sus declaraciones, esta vez proponiendo imponer un arancel del 100% a los autos fabricados en México. Durante un discurso en Georgia, Trump enfatizó su intención de fortalecer la producción industrial dentro de Estados Unidos, a pesar de las advertencias de que los consumidores del país podrían pagar más por los productos importados.
“Quiero que las empresas automovilísticas alemanas se conviertan en empresas automovilísticas estadounidenses. Quiero que construyan sus plantas aquí”, afirmó Trump frente a una multitud en Savannah. En su visión, este plan evitaría que las empresas estadounidenses envíen empleos al extranjero y forzaría a los fabricantes internacionales a trasladar sus operaciones a suelo estadounidense.
Sin embargo, su propuesta de aranceles del 100% a los autos importados desde México podría traer importantes repercusiones para la industria automotriz y la economía estadounidense. Muchas empresas del sector fabrican vehículos más pequeños y económicos en México, donde los costos laborales son más bajos, y estas operaciones han sido facilitadas, en parte, por el tratado comercial T-MEC que el propio Trump negoció durante su mandato.
Los economistas advierten que, de implementarse, esta política no solo afectaría a los fabricantes, sino también a los consumidores, que podrían enfrentar precios significativamente más altos en los concesionarios de automóviles. Los márgenes de beneficio de los autos más pequeños y de menor costo, en particular, dependen en gran medida de las ventajas competitivas que ofrece la producción en México.
Trump no proporcionó detalles sobre cómo se llevaría a cabo su “nuevo industrialismo estadounidense”, lo que ha dejado a analistas y expertos cuestionando la viabilidad de su propuesta. Aun así, sus declaraciones dejan claro que uno de los pilares de su campaña para las elecciones de 2024 será la confrontación con el libre comercio, en un intento por revivir la industria manufacturera de Estados Unidos.
Las implicaciones de esta medida podrían reconfigurar profundamente el panorama económico y comercial entre Estados Unidos y sus socios comerciales, especialmente México. Con un impacto potencial en la cadena de suministro automotriz y el aumento de los costos para los consumidores, el debate sobre el proteccionismo y la competitividad global vuelve a estar en el centro del escenario político.
Imágen cortesía de: LaSexta