De acuerdo con un informe de NBC, la nueva administración de Donald Trump planea permitir que agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) arresten a inmigrantes indocumentados en iglesias, hospitales y escuelas sin requerir la autorización de sus supervisores. El presidente electo buscaría implementar este controvertido cambio desde el primer día de su mandato.
Hasta ahora, estos lugares han sido considerados “zonas sensibles”, donde las autoridades limitan sus acciones para evitar conflictos sociales y proteger a comunidades vulnerables. Sin embargo, esta propuesta eliminaría esas restricciones, marcando un giro radical en las políticas migratorias y de aplicación de la ley en Estados Unidos.
El plan, que aún no ha sido anunciado oficialmente, ya está generando fuertes críticas por parte de defensores de derechos humanos, líderes religiosos y organizaciones de salud. Muchos argumentan que esta medida pondría en riesgo la confianza de las comunidades en instituciones esenciales como hospitales y escuelas, además de vulnerar derechos fundamentales.
“Permitir que ICE actúe en estos lugares enviará un mensaje de temor a comunidades que ya enfrentan persecución y hostilidad”, declaró un portavoz de una organización de defensa de inmigrantes. Líderes religiosos también han expresado su preocupación por la posible violación del carácter sagrado de las iglesias como espacios de refugio.
Por su parte, los defensores de la medida argumentan que el cambio fortalecerá la aplicación de las leyes de inmigración y permitirá a ICE actuar con mayor rapidez y eficacia.
Se espera que la implementación de esta propuesta provoque debates legales y sociales, especialmente entre quienes cuestionan el balance entre la seguridad nacional y los derechos humanos. Con esta acción, Trump busca reafirmar su enfoque estricto hacia la inmigración, una de las promesas centrales de su campaña.
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