El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha publicado un código ético para su empresa, la Organización Trump, en el que establece que no estará involucrado en la gestión de sus negocios ni en sus inversiones durante su segundo mandato, que comienza el 20 de enero. Las medidas anunciadas este viernes buscan evitar cualquier conflicto de interés, un compromiso similar al adoptado durante su primer mandato, con el objetivo de asegurar que su administración no se vea comprometida por sus intereses empresariales.
De acuerdo con el comunicado de la empresa, los activos y las inversiones de Trump serán gestionados por un fondo operado por sus hijos, lo que le permitirá mantener una separación entre sus responsabilidades presidenciales y sus negocios. Además, la firma ha nombrado a un asesor ético independiente, William Burck, socio del bufete de abogados Quinn Emanuel, quien será responsable de supervisar el cumplimiento de estas medidas.
Uno de los compromisos clave es que la Organización Trump no firmará nuevos contratos ni realizará transacciones con gobiernos extranjeros, pero, a diferencia de su primer mandato, no se ha establecido una prohibición explícita para hacer negocios con empresas extranjeras. La compañía sigue manteniendo negocios en varios países, incluidos Arabia Saudita y Vietnam, y tiene planes de desarrollo o gestión de propiedades en otros lugares.
Trump tendrá un “acceso limitado” a la información financiera de su empresa, restringido a “actualizaciones generales del negocio”, y sus inversiones serán gestionadas por instituciones financieras que operarán bajo sus propios criterios, sin consultar al presidente electo. La Organización Trump también se compromete a ofrecer descuentos a agencias del gobierno de EE.UU., como el Servicio Secreto, en sus hoteles y a donar al Tesoro cualquier ganancia proveniente de clientes que representen gobiernos extranjeros.
El código ético fue recibido con una mezcla de reacciones, ya que algunos grupos activistas señalaron que, a pesar de los esfuerzos por evitar conflictos, la falta de una prohibición total de hacer negocios con entidades extranjeras podría seguir generando preocupaciones sobre la influencia extranjera en su administración.
Con estas medidas, Trump intenta asegurar la transparencia y minimizar los posibles conflictos de interés mientras se prepara para asumir su segundo mandato como presidente de Estados Unidos.
