El futuro presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado la nominación de Chris Wright, presidente y CEO de la empresa de servicios petroleros Liberty Energy, como su próximo secretario de Energía. Wright, un conocido petrolero y prominente donante del Partido Republicano, lideraría el departamento clave en la política energética de su administración.
En un comunicado emitido por Trump, el magnate destacó que la elección de Wright tiene como objetivo impulsar las inversiones del sector privado en el sector energético y fortalecer lo que llamó el “dominio energético” de Estados Unidos. Según Trump, esta estrategia no solo contribuirá a reducir la inflación, sino que también permitirá al país “ganar la carrera armamentista de la Inteligencia Artificial con China” y ampliar su poder diplomático a nivel global.
Wright, quien ha expresado escepticismo sobre el cambio climático en diversas ocasiones, también formará parte del nuevo “Consejo Nacional de Energía”, que agrupará a varias agencias gubernamentales encargadas de la producción, generación, distribución, regulación, transporte y permisos relacionados con la energía. Este consejo, según Trump, tiene como objetivo centralizar las políticas energéticas del país.
En su trayectoria, Wright ha defendido el uso de los combustibles fósiles, señalando que son “necesarios” para la sociedad. También ha criticado la transición hacia las energías renovables, que considera un camino incierto para la estabilidad energética del país.
Para ser confirmado en su nuevo cargo, Wright deberá contar con la mayoría simple de votos en el Senado, donde los republicanos tienen una mayoría de 53 escaños frente a los 100 totales.
Desde su victoria en las elecciones del 5 de noviembre, Trump ha comenzado a estructurar su gabinete con elecciones que han generado controversia, eligiendo a figuras que comparten su visión política, promueven una fuerte lealtad a su agenda y cuentan con una destacada presencia mediática.
La nominación de Wright refleja un enfoque continuo hacia la expansión de los combustibles fósiles en la política energética de la próxima administración, en un contexto donde las políticas medioambientales y de transición energética están generando debates y divisiones en el panorama político estadounidense.
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