Durante un mitin celebrado en Glendale, Arizona, el expresidente Donald Trump lanzó un ataque directo contra la excongresista republicana Liz Cheney, quien ha sido una de sus críticas más vocales desde el asalto al Capitolio en enero de 2021. En sus declaraciones, Trump sugirió de manera provocativa que Cheney debería ser puesta “frente a rifles”, desatando una ola de reacciones.
Calificando a Cheney de “halcón de guerra radical”, Trump expresó: “Pongámosla allí de pie con un rifle y nueve cañones disparándole. Veamos cómo se siente al respecto”, en una retórica que buscaba cuestionar la postura de Cheney sobre la guerra y el compromiso militar.
Cheney, por su parte, no tardó en responder a los comentarios del expresidente, describiéndolo como un “dictador destructor de naciones libres”. En una publicación en redes sociales, enfatizó que las amenazas de muerte contra quienes se oponen a él son un reflejo de su carácter: “No podemos confiar nuestro país y nuestra libertad a un hombre pequeño, vengativo e inestable que quiere ser un tirano”.
La campaña de Trump defendió sus comentarios, argumentando que se referían a aquellos que son “muy rápidos para iniciar guerras” sin involucrarse personalmente en el combate.
Mientras tanto, Cheney ha manifestado su apoyo a la vicepresidenta Kamala Harris, afirmando que, a pesar de las diferencias, confía en su compromiso con la Constitución. Durante un mitin en Pensilvania, Cheney destacó la sinceridad de Harris y su disposición a hacer lo correcto por el país.
En una reciente declaración, cuando se le preguntó sobre un posible puesto en su gabinete para Cheney en caso de ganar las elecciones, Harris evitó hacer pronósticos sobre futuras decisiones políticas. La tensión entre ambos bandos de la política republicana sigue en aumento a medida que se aproxima la campaña presidencial de 2024.