El número de víctimas mortales provocado por una secta apocalíptica en Kenia ha alcanzado los 400, después de que los investigadores desenterraran más cuerpos ayer, lunes. Aparentemente, todas estas personas eran seguidoras de un líder que les ordenó dejar de comer para morir y así “encontrarse con Jesús”.
El pastor Paul Mackenzie, quien tiene vínculos con la secta ubicada en una zona boscosa de Malindi, en la costa de Kenia, se encuentra bajo custodia policial junto con otros 36 sospechosos. Hasta el momento, no se les han presentado cargos.
El comisionado regional, Rhoda Onyancha, informó ayer que el número de fallecimientos ha aumentado a 403, mientras que 95 personas fueron rescatadas.
Onyancha señaló que se han realizado análisis de ADN en 253 de los 403 cadáveres. Los patólogos previamente habían informado que la mayoría de los cuerpos se encontraban en un avanzado estado de descomposición.