Salvador Cortez Nava, de 42 años y residente de San Benito, fue condenado a 10 años de prisión por su participación en un esquema de tráfico de cocaína que involucraba a grandes cantidades de droga provenientes de México. El juez Rolando Olvera dictó la sentencia luego de que Cortez, conocido como “Chava*”, se declarara culpable el pasado 24 de agosto de 2023.
Cortez, quien es identificado por las autoridades federales como un operador clave del Cártel del Golfo, enfrentó cargos de conspiración para poseer con la intención de distribuir más de cinco kilogramos de cocaína en Estados Unidos. Además de los 120 meses de prisión, el tribunal ordenó que Cortez cumpla cinco años adicionales de libertad supervisada tras su liberación.
El fiscal Alamdar S. Hamdani, quien anunció la sentencia, subrayó la naturaleza violenta y despiadada de las actividades de Cortez, destacando que durante las investigaciones, las autoridades descubrieron pruebas de que el acusado ordenó el secuestro de un conspirador y amenazó con usar la violencia contra aquellos que pusieran en peligro las operaciones del cártel.
“La influencia del Cártel del Golfo es vasta y peligrosa, y su presencia se siente a lo largo de la frontera de Texas con México”, dijo Hamdani. “Salvador Cortez demostró su lealtad a esta organización criminal, empleando tácticas violentas para asegurar el flujo de cocaína y las ganancias del narcotráfico, las cuales eran transportadas de regreso a México.”
La investigación que llevó a la captura y condena de Cortez reveló que él era un actor central en una red de tráfico de cocaína a gran escala que importaba estupefacientes desde México. Cortez supervisaba la distribución de la droga en diversas ciudades de Estados Unidos, incluido el Valle del Río Grande, Carolina del Norte, Ohio, Georgia, Florida e Indiana.
La organización criminal bajo su mando utilizaba métodos sofisticados de contrabando, incluyendo vehículos con compartimentos ocultos para transportar la cocaína a través de los puntos de entrada fronterizos, particularmente desde Matamoros, México.
Entre las evidencias que se recopilaron durante la investigación, se incluyen varias incautaciones importantes de droga y dinero en efectivo. En 2016, las autoridades decomisaron más de medio millón de dólares ocultos en un vehículo bajo su control. En 2017, se incautaron 1.10 kilogramos de cocaína, y en 2018, otro decomiso importante de 29.45 kilogramos de cocaína y casi 270,000 dólares. En 2019, se incautaron más de 68 kilogramos de cocaína y más de 800,000 dólares.
A lo largo de la investigación, se confiscaron más de 1.5 millones de dólares en efectivo y alrededor de 150 kilogramos de cocaína, lo que evidencia la magnitud del tráfico de drogas que Cortez supervisaba.
Como parte de su acuerdo de culpabilidad, Cortez Nava también renunció a varias propiedades, un vehículo, dos armas de fuego y otros bienes de lujo, incluyendo joyas y relojes.
El Cártel del Golfo, uno de los cárteles de drogas más antiguos y violentos de México, ha sido un objetivo constante de las autoridades de Estados Unidos, y la condena de Cortez Nava representa un golpe significativo para sus operaciones en el sur de Texas. El acusado permanecerá bajo custodia federal hasta que sea transferido a un centro penitenciario de la Oficina de Prisiones de Estados Unidos.
Este caso pone de relieve los desafíos que enfrenta la seguridad en la frontera entre Estados Unidos y México, donde los cárteles de drogas continúan operando con violencia y sofisticación. La condena de Salvador Cortez es solo uno de los muchos esfuerzos del gobierno para desmantelar las redes de narcotráfico que afectan a la región.
FOTO CORTESÍA: DW