Durante gran parte de su presidencia, Joe Biden luchó por convencer a los estadounidenses de que su situación económica era mejor de lo que percibían. Ahora, la vicepresidenta, Kamala Harris, intentará sacudirse esas percepciones negativas mientras los votantes siguen preocupados por la trayectoria de la economía.
Harris dará más detalles sobre su programa de política económica este viernes durante un discurso en Carolina del Norte, donde se espera que se centre en la reducción de los precios, incluyendo un plan para evitar la especulación de costos por parte de los principales productores de alimentos y tiendas de comestibles, aseguró la campaña. Harris también propondrá medidas enérgicas contra las adquisiciones de empresas alimentarias que puedan dar lugar a un incremento de los precios en este sector.
La economía y la preocupación por el aumento de los costos han sido algunos de los temas más importantes para los votantes, que han puntuado sistemáticamente a Biden con una baja calificación. Aunque el mandatario trató de hacer hincapié en los aspectos positivos, como el desempleo relativamente bajo y el fuerte crecimiento económico, fue incapaz de mejorar los sentimientos de los votantes en medio de décadas de alta inflación. El expresidente Donald Trump ha tratado de vincular a Harris con la opinión sobre Biden, afirmando con frecuencia que ella es responsable de todas las políticas de la actual Administración.
“Biden siempre se ha centrado en el empleo, y eso no es lo que preocupa a los votantes. Desde hace tres años, lo que les preocupa es cuánto pagan por la comida y la gasolina y el costo de la vivienda”, indicó Jeff Horwitt, encuestador demócrata de Hart Research. “Se trata mucho más de entender dónde está la gente y qué estás haciendo para marcar la diferencia que de intentar decirles algo que no se creen”.
