A pesar de la preocupación inicial por los aranceles del 25% a las importaciones de acero y aluminio anunciados por el expresidente Donald Trump, los consumidores estadounidenses no verán un aumento en el precio de sus latas de Coca-Cola ni de otros refrescos.
Tras el anuncio, las compañías de bebidas analizaron el posible impacto en su industria y determinaron que los efectos serían mínimos. James Quincey, director ejecutivo de Coca-Cola, señaló que la empresa podría ajustar su producción para minimizar costos. “Si las latas de aluminio se vuelven más caras, podemos poner más énfasis en las botellas (de plástico)”, explicó durante una conferencia sobre los resultados financieros de la compañía.
Además, según Adam S. Hersh, economista sénior del Instituto de Política Económica, las grandes corporaciones tienen márgenes de ganancia suficientes para absorber pequeños aumentos en los costos de producción sin trasladarlos a los consumidores.
Así, aunque el arancel al aluminio pueda afectar ciertos sectores industriales, los precios de las latas de refresco en los supermercados y tiendas de conveniencia seguirán siendo accesibles para los consumidores.
Imágen cortesía:Coca Cola Company