Plains, Georgia — La pequeña ciudad natal de Jimmy Carter comenzó este lunes los actos de despedida al expresidente, quien falleció a los 100 años en la modesta casa que compartió con su esposa Rosalynn. Carter, conocido por su incansable labor humanitaria y su papel como defensor de la paz, dejó una profunda huella tanto en la política internacional como en los corazones de los habitantes de esta tranquila comunidad rural.
Plains, una aldea enclavada entre silos agrícolas y calles apacibles, se encuentra sumida en un duelo sereno. Los vecinos, muchos de los cuales lo conocieron personalmente, comenzaron a compartir historias que reflejan la cercanía y el compromiso de Carter con su ciudad natal.
“Fue más que un presidente; fue nuestro vecino, nuestro amigo”, dijo un residente local mientras recordaba con cariño los encuentros casuales con el exmandatario en las tiendas y calles del pueblo.
Legado de paz y humanidad
Durante su paso por la Casa Blanca, Carter redefinió las relaciones de Estados Unidos con América Latina y otros países, abogando por los derechos humanos y la diplomacia pacífica. Su influencia trascendió la política, convirtiéndose en un referente global de humanidad y compromiso con los menos favorecidos.
El fallecimiento de Carter, quien ingresó en cuidados paliativos hace casi dos años, era esperado, pero no por ello menos sentido. Los habitantes de Plains lo consideran un adiós triste pero lleno de gratitud y orgullo por el legado que deja a nivel local y mundial.
Los actos conmemorativos en su honor reflejarán no solo su impacto como líder global, sino también el amor que sentía por su comunidad, a la que nunca dejó de llamar hogar.
Imágen cortesía: CNN
