Austin — Las persecuciones a alta velocidad por oficiales de policía de Texas cerca de la frontera con México que han resultado en muertes han aumentado drásticamente en los más de dos años que han pasado desde que el gobernador Greg Abbott puso en marcha una operación de seguridad fronteriza, según un reporte de Human Rights Watch difundido el lunes.
Un mínimo de 74 personas han muerto y 189 han resultado lesionadas en un periodo de 29 meses, indica el reporte.
Algunas de las personas muertas han sido transeúntes, según la organización, la cual investiga acusaciones de abusos a los derechos humanos en el mundo.
“La seguridad pública no requiere andar manejando a altas velocidades por las carreteras de Texas y chocar con los vehículos y casas de los texanos”, dijo en una declaración Alison Parker, directora adjunta de Human Rights Watch para Estados Unidos.
“La Operación Lone Star de Texas está incrementando al máximo el caos, el miedo y los abusos a los derechos humanos de los texanos y migrantes, lo que podría ser una manera cínica de ganar puntos políticos pero no es una manera responsable de gobernar”.
Cuando se le pidió un comentario, Ericka Miller, portavoz del Departamento de Seguridad Pública de Texas (DPS), refirió a The Dallas Morning News a una entrevista que el coronel Steve McCraw, director del DPS, dio a The New York Times.
El Times reportó la semana pasada que corporaciones policiales de todo el país han cambiado sus políticas con el fin de reducir el número de persecuciones vehiculares a alta velocidad.
Pero ese no ha sido el caso de la policía estatal y departamentos del sheriff en Texas, los cuales siguen teniendo amplio poder de decisión para realizar una persecución cuando sus oficiales lo consideren pertinente, dijeron expertos al Times.
Ese modo de proceder difiere del de departamentos de policía de ciudades grandes del estado, como Houston.
McCraw dijo al diario que los oficiales de su departamento deciden cuándo iniciar una persecución y cuándo detenerla.
Asimismo, los agentes utilizan diferentes medios para tratar de detener a los conductores que huyen.
“Yo le diría que ciertamente se puede mitigar el riesgo”, dijo McCraw al Times.
McCraw dijo que si uno de sus agentes no tiene el suficiente cuidado, es hecho responsable, pero defendió las persecuciones, porque sin ellas “lo que hace es premiar a los cárteles mexicanos”.
Cuando se le pidió un comentario sobre el reporte de Human Rights Watch, Renae Eze, vocera de Abbott, culpó al presidente Joe Biden.
“La política de fronteras abiertas del presidente Biden invita a los cárteles mexicanos a aprovecharse del caos por medio de peligrosas operaciones de tráfico y contrabando humano a lo largo de la frontera que ponen en peligro vidas inocentes”, dijo Eze.
El reporte aparece semanas después de que ocurrió una colisión de frente entre dos vehículos en una carretera del condado de Zavala, en el Sur de Texas.