Hoy, durante la audiencia general en el aula Pablo VI, el papa Francisco instó a no perder de vista la auténtica esencia de la Navidad, alertando sobre los peligros del consumismo que desvirtúa su significado. Expresó su preocupación por la distracción causada por una avalancha de distracciones y publicidad.
El pontífice destacó que el nacimiento en el pesebre tiene la finalidad de dirigirnos hacia lo verdaderamente importante: Dios, que viene a morar entre nosotros, así como las relaciones esenciales, especialmente la familia.
En sus consejos, el papa Francisco alentó a detenerse frente al pesebre para reorganizar la vida, regresando a lo esencial. Comparó esta experiencia con entrar en un oasis que permite escapar del bullicio diario, encontrando la paz en la oración y el silencio, en una ternura pura y sin contaminación.
Dirigiéndose a los jóvenes, quienes enfrentan el riesgo de saturarse con imágenes virtuales y violentas, sugirió que en el belén pueden redescubrir la autenticidad y la creatividad, invitándolos a compartir este momento con sus abuelos.
El papa Francisco propuso la contemplación del pesebre en familia o comunidad como una forma de enfocarse en lo fundamental de la vida: la relación con Dios, con los demás y con la creación. Asimismo, instó a cultivar en los entornos un ambiente de armonía, alegría y paz. Estos mensajes fueron reiterados durante los saludos en español a los fieles.