Fuentes internas califican la medida como una posible “purga” en el servicio exterior de carrera.
La nueva administración ha solicitado la renuncia de al menos una docena de altos funcionarios del Departamento de Estado, muchos de ellos con una amplia trayectoria diplomática, según confirmaron múltiples fuentes familiarizadas con el asunto. Entre los afectados se encuentran funcionarios que ocupaban roles clave en la gestión y la política, incluidos secretarios adjuntos de Estado, considerados entre los diplomáticos de mayor rango en el organismo.
Un cambio abrupto y polémico
Si bien es común que una nueva administración designe a sus propios funcionarios para puestos de alto nivel, el alcance y la velocidad de estas solicitudes han generado preocupación dentro y fuera del Departamento de Estado. “Esto es casi con certeza el primer paso hacia una gran purga y toma de control del servicio exterior de carrera”, opinó un exdiplomático de alto rango que prefirió mantenerse en el anonimato.
La mayoría de las solicitudes de renuncia se realizaron antes de la inauguración del lunes, marcando un comienzo inmediato y contundente para la nueva administración. Tradicionalmente, los funcionarios de carrera suelen permanecer en sus cargos mientras los designados esperan la confirmación del Senado, lo que hace que este movimiento sea atípico y abrupto.
Un líder destacado entre los cesados
Entre los diplomáticos afectados se encuentra John Bass, quien ocupaba el puesto de subsecretario de Asuntos Políticos, la tercera posición más alta dentro del Departamento de Estado. Antes de su salida, el exsecretario de Estado Antony Blinken elogió públicamente a Bass durante una reunión con el personal, describiéndolo como “el mejor oficial del Servicio Exterior en esta generación”.
Expectativas para el futuro
El recién nombrado secretario de Estado, Marco Rubio, tiene programado dirigirse al personal del Departamento de Estado en Washington este martes. Su mensaje será clave para delinear la visión y el rumbo que tomará la nueva administración en términos de política exterior y gestión interna.
Este cambio drástico en el liderazgo ha generado inquietud sobre el futuro del servicio exterior de carrera, una institución que tradicionalmente ha sido reconocida por su profesionalismo y estabilidad a lo largo de diferentes administraciones.
A medida que los nuevos funcionarios asumen sus roles, expertos y observadores estarán atentos a los pasos de la administración para determinar si esta reestructuración implica un cambio profundo en las prioridades diplomáticas de Estados Unidos.
Imágen cortesía: Istok