La catedral de Notre Dame de París, uno de los monumentos más emblemáticos del mundo, ha revelado su renovado interior, tras casi cinco años de arduas labores de restauración. El presidente francés, Emmanuel Macron, ofreció el primer vistazo oficial a la nueva apariencia del templo, durante su última visita a las obras de reconstrucción antes de la esperada reapertura al público, programada para el 7 de diciembre de 2024.
Durante la visita, Macron, acompañado de su esposa Brigitte, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, y el arzobispo de la ciudad, Laurent Ulrich, destacó que la catedral está “reparada, reinventada y reconstruida”, a la vez que subrayó cómo la restauración ha transformado el espacio, haciéndolo “más hospitalario” gracias a los muros blanqueados y la mayor luminosidad que ahora inunda la nave central.
El cambio en el aspecto del interior, antes oscuro y opaco, sorprende por la claridad que aporta la nueva piedra blanqueada, un detalle que impresionó también a la ministra de Cultura, Rachida Dati, quien compartió su admiración por el resultado junto a Brigitte Macron. “Lo que me ha impresionado es la claridad”, comentó Dati al recorrer la nave.
A lo largo de la visita, las autoridades recorrieron tanto el altar como otros espacios emblemáticos del templo, donde convivieron elementos renovados, como la nueva mesa del altar, y piezas originales que fueron salvadas del incendio, como la icónica estatua de la Virgen María con el Niño Jesús, que casi no sufre daños durante el siniestro.
La restauración de Notre Dame, que ha reunido a más de 2,000 trabajadores y 250 empresas desde 2019, ha logrado conservar la esencia gótica de la catedral, con la reconstrucción de elementos como la aguja que corona el crucero, siguiendo el diseño original. Sin embargo, algunos cambios también han sido implementados, como la actualización de las vidrieras, que ahora seguirán patrones más contemporáneos, lo que ha generado cierta controversia.
El proyecto de restauración ha contado con un presupuesto de 700 millones de euros, y aunque la catedral reabrirá oficialmente sus puertas el 7 de diciembre, las obras de restauración no estarán completamente terminadas hasta 2030.
Durante la visita, Macron tuvo la oportunidad de saludar a cerca de 1,300 personas que han formado parte de este ambicioso proyecto, entre las que se encontraban no solo los trabajadores y expertos, sino también los donantes que contribuyeron financieramente a la restauración.
La gran inauguración de la catedral será un hito en la historia de Notre Dame, no solo por su reconstrucción física, sino también como símbolo de resiliencia y esperanza para París y para el mundo entero.
FOTO CORTESÍA: EL PAÍS