Albuquerque, N.M. — Si hay un silencioso testigo de los efectos de la ley de Texas que prohíbe el aborto, es una acogedora y estéril sala en un viejo edificio de oficinas en el centro de Albuquerque.
La suite de recibimiento de New Mexico Religious Coalition for Reproductive Choice es una mezcla entre sala de espera de un spa y una improvisada carpa médica.
Cuatro camastros con almohadas en fundas de papel y máscaras para los ojos envueltas en celofán esperan, listos para el siguiente grupo de texanas que quieren abortar.
Todo esto es creación Joan Lamunyon Sanford, un lugar donde se habla del aborto en voz alta y sin tapujos.
La directora ejecutiva del centro de derechos reproductivos dice que el suyo es diferente a los consultorios que hay en Texas, donde se habla del aborto en voz baja, cuando se habla del todo de él.
Una mañana por semana, hasta 10 mujeres abordan un vuelo de Dallas a Albuquerque para poner fin a su embarazo en un estado donde el aborto todavía es legal.
Son llevadas a sus citas por turnos, luego regresan a las oficinas de la organización para descansar un par de horas antes de tomar su vuelo de vuelta a casa esa misma noche.
Al igual que otros estados que han reafirmado sus protecciones al aborto después del caso Roe, Nuevo México se ha convertido en un refugio para mujeres de estados vecinos que restringen o prohíben el aborto, como Texas y Oklahoma.
Las mujeres se enteran de los recursos de aborto a través de las noticias, fondos para el aborto en Texas o de boca en boca; pero el proceso a veces está envuelto en misterio.
Después de que los legisladores de Texas aprobaron estrictas restricciones al aborto en 2021 y que la Suprema Corte revocó las protecciones del fallo Roe vs. Wade en 2022, New Mexico Religious Coalition for Reproductive Choice reorientó su modelo y contrató más personal.
La organización apoyó a 953 texanas en 2023. En ese mismo periodo atendió a 22 residentes de Nuevo México.
The Dallas Morning News visitó a la organización en Albuquerque, pero no pudo hablar con ninguna de las mujeres que pasaron por la clínica de aborto, ubicada cerca de ahí.
El viaje fuera del estado de Texas puede estar marcado por el miedo y la incertidumbre, tanto por las repercusiones sociales como por los posibles problemas legales.