Este martes, la selección mexicana se medirá contra su acérrimo rival, Estados Unidos, en un partido amistoso que se llevará a cabo en Jalisco. Este encuentro es una oportunidad para que el equipo dirigido por Javier Aguirre rompa una mala racha de resultados ante los estadounidenses, quienes han dominado los enfrentamientos recientes.
El Tri llega a este partido con la presión de mejorar su rendimiento, especialmente tras el decepcionante empate 2-2 contra los suplentes del Valencia el pasado sábado. A pesar de iniciar con una ventaja de dos goles, el equipo no logró mantener el control del partido, lo que ha elevado las críticas hacia Aguirre y su enfoque táctico.
Por su parte, el seleccionador de Estados Unidos, Mauricio Pochettino, también se enfrenta a desafíos, ya que contará con cinco bajas significativas en su plantilla, incluyendo a figuras como Christian Pulisic y Weston McKennie. Sin embargo, el combinado estadounidense ha demostrado ser un rival formidable, habiendo superado a México en varias ocasiones en los últimos años, incluyendo la final de la Copa Oro en 2021 y la semifinal de la Liga de Naciones de la Concacaf en 2023.
Para Javier Aguirre, este partido tiene un significado especial. Su historial ante Estados Unidos está marcado por la dolorosa eliminación del Tri en los octavos de final de la Copa del Mundo de 2002, un episodio que aún resuena en la memoria colectiva del fútbol mexicano. Desde entonces, la rivalidad se ha intensificado, y los resultados adversos han generado inquietud en el entorno del fútbol nacional.
Después de una eliminación decepcionante en el Mundial de Catar 2022, donde México no logró avanzar a octavos de final tras siete torneos consecutivos, el equipo está atravesando una crisis de resultados. Aguirre, quien ha dirigido al equipo en tres partidos, ha cosechado solo un triunfo, junto a dos empates, lo que añade presión para lograr un buen desempeño en este amistoso.
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