El temor a los operativos migratorios ha cambiado la rutina de muchas familias inmigrantes en Estados Unidos. Un grupo de madres indocumentadas ha encontrado una estrategia para minimizar el riesgo de ser detenidas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE): turnarse para llevar a sus hijos a la escuela.
“Nos organizamos porque nunca pensamos que íbamos a vivir este terror”, confiesa una de las madres, quien prefiere permanecer en el anonimato por seguridad. El miedo a las redadas ha hecho que muchas familias reconsideren actividades diarias como llevar a los niños a la escuela o incluso salir a comprar víveres.
Maestros de distintas escuelas han notado los efectos de este clima de incertidumbre. Algunos reportan una disminución en la asistencia de estudiantes, con padres que optan por mantener a sus hijos en casa por miedo a ser detectados por las autoridades migratorias.
“Hay niños que han dejado de venir y sabemos que es por el temor de sus familias. Esto está afectando su educación y su bienestar emocional”, explica un docente de una escuela local.
Mientras las comunidades inmigrantes buscan formas de protegerse, organizaciones pro derechos de los migrantes han reiterado su llamado a garantizar que las escuelas sean zonas seguras y libres de operativos de ICE. Sin embargo, la incertidumbre persiste, y muchas familias siguen viviendo con el temor constante de la separación.
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