La Administración Federal de Aviación está verificando si la empresa llegó a entregar aviones que no estaban en perfectas condiciones porque el incidente de descompresión en una de sus unidades de Alaska Airlines plantea serias preocupaciones.
Después de tomar acciones decisivas e inmediatas para inmovilizar aproximadamente 171 aviones Boeing 737-9 MAX, la Administración Federal de Aviación (FAA) anunció hoy nuevas y significativas medidas para aumentar de inmediato su supervisión sobre la producción y fabricación de Boeing. Estas medidas se toman un día después de que la FAA notificara formalmente a Boeing que ha iniciado una investigación sobre la empresa como resultado del incidente del pasado viernes en un Boeing Modelo 737-9 MAX, en el cual la aeronave perdió una ventana y parte del fuselaje durante el vuelo.
Las acciones anunciadas hoy incluyen una auditoría que involucra la línea de producción del Boeing 737-9 MAX y sus proveedores para evaluar la conformidad de Boeing con sus procedimientos de calidad aprobados. Los resultados del análisis de la auditoría de la FAA determinarán si son necesarias auditorías adicionales.
Además, va a exigir un aumento en la supervisión de los aviones en servicio del Boeing 737-9 MAX, una evaluación de los riesgos de seguridad en torno a la autoridad delegada y la supervisión de calidad y un examen de opciones para trasladar estas funciones a entidades independientes de terceros.
«Es hora de volver a examinar la delegación de autoridad y evaluar los riesgos de seguridad asociados», dijo Mike Whitaker, administrador de la FAA. «La inmovilización del 737-9 y los múltiples problemas relacionados con la producción identificados en los últimos años nos obligan a considerar todas las opciones para reducir el riesgo. La FAA está explorando el uso de un tercero independiente para supervisar las inspecciones de Boeing y su sistema de calidad«.
Ayer, la FAA anunció una investigación para determinar si Boeing no garantizó que los productos terminados se ajustaran a su diseño aprobado y estuvieran en condiciones de operación segura, cumpliendo con las regulaciones de la FAA. La seguridad del público que viaja, no la velocidad, determinará el cronograma para el retorno del Boeing 737-9 MAX al servicio.