El Ejército mexicano y la Guardia Nacional iniciaron un operativo conjunto en la frontera de Ciudad Juárez, Chihuahua, como parte del cumplimiento de los acuerdos entre la presidenta Claudia Sheinbaum y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para frenar el flujo migratorio y el tráfico de fentanilo.
Durante el despliegue, las fuerzas de seguridad aseguraron más de 30 escaleras y sogas utilizadas por los ‘polleros’ para ayudar a los migrantes a cruzar ilegalmente hacia EE.UU. Las medidas, que incluyen el uso de drones y patrullas motorizadas, están dirigidas a áreas vulnerables donde se han detectado cruces de personas y actividades del crimen organizado.
La presidenta Sheinbaum destacó la importancia de este acuerdo, argumentando que la presencia de 10,000 efectivos en la frontera representa un buen acuerdo para México. Sin embargo, la medida ha generado controversia. Mientras algunos la ven como una respuesta efectiva ante la presión estadounidense, organizaciones de derechos humanos advierten sobre el riesgo de que los migrantes enfrenten condiciones más peligrosas en su intento de llegar a EE.UU.
Aunque no se han proporcionado cifras exactas sobre detenciones, el gobierno mexicano ha señalado que continuará evaluando la efectividad de este operativo en coordinación con las autoridades estadounidenses. La preocupación por el impacto de estas medidas en las personas migrantes sigue siendo un tema central de debate en la región.
