Este jueves, en un trágico suceso en Taxco, Estado de Guerrero, al sur de México, una mujer perdió la vida en medio de un linchamiento perpetrado por residentes locales. La víctima era la principal sospechosa del secuestro y posterior asesinato de Camila Gómez, una niña de ocho años. El violento ataque contra la presunta secuestradora y dos supuestos cómplices fue registrado por las cámaras de los medios de comunicación. A pesar de ser asistida por agentes policiales y elementos de la Guardia Nacional, la mujer falleció después de ser trasladada a un hospital cercano. Se informa que los otros dos individuos también fueron hospitalizados.
El linchamiento tuvo lugar luego de que numerosos residentes bloquearan la avenida principal de la ciudad, de aproximadamente 105,000 habitantes, y se congregaran frente a la residencia de la mujer para exigir su detención. A pesar de la ausencia de una orden de arresto por parte de los agentes ministeriales, quienes no pudieron proceder con la detención, los manifestantes tomaron la justicia en sus propias manos. Volcaron vehículos y rompieron el cerco policial para sacar a los sospechosos de la vivienda, donde fueron brutalmente agredidos.
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El alcalde, Mario Figueroa, anunció que los individuos retenidos serán entregados a las autoridades pertinentes. La desaparición de la niña Camila Gómez fue reportada el miércoles en el barrio de La Florida, y su cuerpo fue encontrado sin vida durante la madrugada del jueves. Se presume que la menor fue secuestrada por una pareja que la abordó en un taxi en un callejón. Tras el hallazgo, vecinos y conocidos de la víctima iniciaron las protestas.
Figueroa atribuyó el linchamiento a la escasez de recursos del cuerpo policial municipal, compuesto por apenas unos 40 agentes, y a la falta de apoyo de las autoridades estatales de Guerrero. Parte de los agentes habían sido desplegados para supervisar una procesión de Semana Santa, según el alcalde. A pesar de la situación, Figueroa señaló la presencia de turistas en la ciudad, famosa por su arquitectura colonial y la industria de la plata, y descartó cancelar las festividades religiosas en una entrevista con ADN 40. “Estamos manejando la situación de la mejor manera posible”, afirmó Figueroa, al negar la existencia de una crisis de seguridad y violencia.
Taxco se vio afectada por la actividad del crimen organizado en enero, cuando La Familia Michoacana y Los Tlacos, dos grupos delictivos locales, amenazaron a los operadores del transporte público. Esto provocó la suspensión del servicio, el cierre de escuelas y negocios por temor a la delincuencia. Además, este año se han denunciado asesinatos de policías, secuestros de periodistas y trabajadores municipales, así como un intento de asesinato contra Figueroa. El político defendió que la situación se había estabilizado. “Aunque el país esté enfrentando serios problemas, no culpamos a otros; asumimos nuestra responsabilidad”, declaró. Figueroa solicitó más apoyo del Gobierno estatal y federal para controlar la seguridad en la región.