El jurado emitió un veredicto de culpabilidad contra Hunter Biden por todos los cargos presentados contra el hijo del presidente debido a la posesión ilegal de un arma de fuego.
Biden enfrentaba tres delitos graves, acusado por el fiscal especial David Weiss. Las acusaciones incluían mentir a un vendedor de armas con licencia federal, hacer una declaración falsa al afirmar que no consumía drogas en su solicitud, y la posesión ilegal de un arma en octubre de 2018.
El veredicto marca la primera vez que un familiar directo de un presidente de Estados Unidos es declarado culpable de un delito durante el mandato de su padre.
El juicio, llevado a cabo en una corte federal en la ciudad de Wilmington, Delaware, atrajo la atención de los medios tanto por la prominencia del acusado como por los detalles íntimos de su vida como adicto, que fueron expuestos en profundidad por el equipo de fiscales encabezado por Weiss.
Los fiscales utilizaron las propias palabras de Hunter Biden, quien optó por no testificar en su defensa, al citar pasajes de su autobiografía “Beautiful Things”, publicada en 2021, donde habla abiertamente sobre su lucha contra la adicción al crack y sus períodos de rehabilitación.
En su argumento final, Weiss reconoció la naturaleza “horrible” y “abrumadora” de la evidencia presentada, pero la defendió como “absolutamente necesaria”, argumentando que Biden había mentido sobre su consumo de drogas al adquirir el arma, lo que constituyó el delito por el que fue juzgado.
La defensa, liderada por el abogado Abbe Lowell, sugirió que Biden podría haber creído que tenía un problema con el alcohol en ese momento, pero no con las drogas, y que la adicción al alcohol no impide la compra de un arma. También señaló que los fiscales no pudieron demostrar que Biden hubiera consumido drogas en los 11 días que tuvo el arma en su posesión.
La defensa cuestionó la precisión de los testimonios presentados por la acusación e incluso presentó a la hija del acusado, Naomi Biden, quien describió una visita a su padre en un centro de rehabilitación meses antes de la compra del arma, sugiriendo que había superado su adicción en ese período.
