Un análisis de la Universidad de Syracuse revela que seis de cada diez migrantes indocumentados actualmente detenidos por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) no cuentan con antecedentes penales, una cifra que contrasta con las acusaciones del presidente electo, Donald Trump, quien ha caracterizado a muchos de estos extranjeros como criminales.
Según datos proporcionados por el centro Transactional Records Access Clearinghouse (TRAC) de la universidad, al 3 de noviembre de 2024, ICE mantenía bajo custodia a 38,863 migrantes, de los cuales 23,588 no tenían registros criminales. Además, de aquellos que sí tienen antecedentes, la mayoría de las infracciones son menores, como violaciones de tránsito.
El análisis cuestiona la retórica del presidente electo, quien ha centrado parte de su campaña en la promoción de deportaciones masivas, basándose en la idea de que la mayoría de los inmigrantes indocumentados son una amenaza para la seguridad pública. De acuerdo con los datos, solo una fracción pequeña de los detenidos enfrentan cargos graves.
En medio de un aumento en las detenciones, que se incrementaron en casi 1,500 casos en octubre con respecto al mes anterior, los grupos civiles y de derechos humanos alertan que la intensificación de las políticas migratorias podría beneficiar principalmente a las empresas privadas encargadas de las prisiones, las cuales vieron una disminución en su población carcelaria durante la pandemia de COVID-19.
Actualmente, más de la mitad de los detenidos se encuentran en centros ubicados en tres estados: Texas, con 12,017 personas; Luisiana, con 6,779; y California, con 2,957. El centro de detención más grande del país, el de Adams en Natchez, Misisipi, alberga a una población diaria promedio de 2,067 migrantes.
Por otro lado, más de 181,000 extranjeros están inscritos en el programa de Detención Alternativa, utilizado por la administración del presidente Joe Biden para monitorear a los solicitantes de asilo mientras esperan la resolución de su caso.