En una nueva escalada de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, la administración del presidente Donald Trump elevó este jueves los aranceles a productos chinos hasta un máximo del 145%, intensificando las tensiones bilaterales a niveles no vistos en los últimos años.
La Casa Blanca dio a conocer una enmienda en la que detalla los nuevos gravámenes, que combinan un aumento del 125% anunciado el día anterior con un 20% adicional aplicado desde enero, dentro del marco de las medidas contra el tráfico de fentanilo. Además, se informó que los aranceles sobre paquetes de bajo valor —por debajo de los 800 dólares— provenientes de China se incrementan al 120%, lo que representa un aumento de 30 puntos porcentuales respecto a la orden emitida este martes.
La decisión, que según fuentes oficiales busca presionar a Pekín para modificar ciertas prácticas comerciales y abordar el flujo ilegal de fentanilo hacia Estados Unidos, fue justificada como una “respuesta proporcional” a las recientes tarifas impuestas por China.
Pekín no tardó en responder. Como represalia, el gobierno chino anunció la suspensión de importaciones de películas de Hollywood, afectando uno de los mercados más importantes para la industria cinematográfica estadounidense. Esta medida representa un golpe simbólico y económico en medio de un clima ya tenso entre ambas potencias.
Cabe señalar que China fue el único país excluido de la reciente pausa arancelaria de 90 días que el gobierno de Trump otorgó a otras naciones, lo cual refuerza la postura confrontativa de Washington frente a Pekín.
Esta nueva ronda de medidas abre un capítulo más en un conflicto que no solo tiene implicaciones económicas, sino también diplomáticas y culturales, en un momento en que ambas economías buscan reafirmar su posición en el escenario global.