Corea del Sur, Estados Unidos y Japón han emitido una fuerte condena a lo que consideran un envío de municiones y equipo militar por parte de Corea del Norte a Rusia. Argumentan que este tipo de envíos podría resultar en un aumento considerable de las víctimas en el conflicto en Ucrania.
El comunicado conjunto de Seúl, Washington y Tokio se produce días después de que el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, se mofara de una reciente afirmación de Estados Unidos sobre el supuesto suministro de municiones norcoreanas al Kremlin, señalando que no se había podido probar dicha acusación.
“Continuaremos trabajando en colaboración con la comunidad internacional para exponer los esfuerzos de Rusia por adquirir material militar de Corea del Norte”, reza el comunicado, el cual está firmado por el ministro de Relaciones Exteriores surcoreano, Park Jin; el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y la ministra de Relaciones Exteriores de Japón, Yoko Kamikawa.
El propósito de esta declaración conjunta es mostrar la determinación de las tres naciones para responder activamente al acuerdo de transferencia de armas entre Moscú y Pyongyang, el cual desafía las advertencias repetidas de la comunidad internacional, según informó el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Seúl, Lim Soosuk, a los periodistas.
“Estas entregas de armas, varias de las cuales ahora podemos confirmar como completadas, aumentarán significativamente el costo humano de la agresión de Rusia en la guerra”, añadió.
Recientemente, Corea del Norte y Rusia, que mantienen conflictos separados con Estados Unidos y sus aliados, han intensificado su cooperación militar. Las especulaciones sobre un posible envío de armas convencionales norcoreanas para reabastecer los agotados arsenales rusos cobraron fuerza el mes pasado cuando el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, viajó al Extremo Oriente ruso para reunirse con el presidente Vladimir Putin y visitar instalaciones militares clave.
Estados Unidos, Corea del Sur y otros países creen que Corea del Norte busca intercambiar sus municiones por tecnología armamentística rusa sofisticada con el fin de mejorar su programa nuclear.