Washington D.C., 21 de marzo de 2025 – El presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva con el objetivo de reducir al mínimo la operatividad del Departamento de Educación, una medida que responde a su promesa de campaña de reducir la intervención federal en la educación. Sin embargo, la Casa Blanca reconoció que el cierre total de la agencia no puede completarse sin la aprobación del Congreso.
La decisión ha generado un fuerte debate en el ámbito político y educativo. Según la administración, la intención es trasladar la responsabilidad de la educación a los estados y disminuir la burocracia federal. “Nuestro sistema educativo debe estar en manos de los estados y los padres, no de burócratas en Washington”, argumentó un portavoz de la Casa Blanca.
Ione Molinares, quien ha seguido el caso de cerca, explica que esta orden es parte de un esfuerzo más amplio por reducir el tamaño del gobierno federal y recortar el gasto público. No obstante, los críticos advierten que debilitar al Departamento de Educación podría afectar programas esenciales, especialmente aquellos dirigidos a estudiantes de bajos recursos y con necesidades especiales.
El Congreso será clave en la viabilidad de esta iniciativa, ya que su aprobación es necesaria para una disolución completa del departamento. Mientras los legisladores republicanos más conservadores apoyan la medida, demócratas y algunos moderados advierten que podría generar un impacto negativo en la calidad educativa del país.
El debate sobre el futuro del Departamento de Educación apenas comienza y promete ser un tema central en la agenda legislativa en los próximos meses.
Imágen cortesía: BBC