En un aumento alarmante de la violencia, más de 450 personas han perdido la vida y otras 1.600 han resultado heridas debido a los intensos ataques aéreos israelíes en Líbano, marcando el día más mortífero desde la guerra de 2006. Este conflicto ha forzado a miles de familias libanesas a abandonar sus hogares, mientras Israel moviliza miles de soldados en la frontera, preparándose para una posible invasión terrestre.
Por su parte, Hezbollah ha intensificado sus operaciones, llevando a cabo algunos de los ataques más profundos en territorio israelí en décadas. El segundo al mando de la organización ha emitido advertencias sobre “una batalla sin límites”, lo que sugiere que el conflicto podría extenderse aún más.
La situación sigue siendo crítica, con un clima de inestabilidad que afecta a ambos lados de la frontera, mientras la comunidad internacional observa con creciente preocupación el deterioro de la seguridad en la región.
Foto cortesía: El Sol de México