El Papa Francisco inauguró este lunes el Jubileo 2025, un evento de la Iglesia católica que se celebra cada 25 años, con un solemne gesto que marcó el inicio de un Año Santo dedicado a la esperanza. Desde su silla de ruedas, el Pontífice tocó con su puño la Puerta Santa de la basílica de San Pedro, que se abrió ante él en total silencio, un símbolo de apertura y fe. Este acto, realizado sin las ceremonias tradicionales de empujar la puerta, fue seguido por una profunda oración del Papa en la oscuridad de la basílica, mientras las campanas de la Plaza de San Pedro resonaban en el aire.
La ceremonia, que se desarrolló en un ambiente solemne y cargado de significado, fue presenciada por cerca de 30,000 personas en la plaza y otras 6,000 dentro de la basílica, todos siguiendo el momento histórico con atención y devoción, tras pasar por estrictos controles de seguridad. Tras el toque de la Puerta Santa, el Papa recorrió en su silla de ruedas el pasillo hacia el altar, pasando frente a la famosa escultura de la Piedad de Miguel Ángel, y comenzó la tradicional Misa del Gallo, un acto central en las celebraciones del Año Santo.
El Jubileo, que se extenderá hasta el 6 de enero de 2026, se enmarca en una tradición católica que se remonta a siglos atrás y que invita a los fieles a renovar su fe y a buscar el perdón a través de actos de caridad y la peregrinación hacia las Puertas Santas. Este año, se espera que más de 32 millones de peregrinos visiten Roma para participar en las celebraciones y pasar por la Puerta Santa en San Pedro y en otras basílicas de la ciudad.
El Papa Francisco, quien ya había convocado un Jubileo extraordinario en 2016 dedicado a la misericordia, destacó en su mensaje inaugural la importancia de la esperanza en tiempos de incertidumbre. En la bula del Jubileo, el Pontífice subrayó que, en un mundo donde muchas personas se sienten desanimadas y escépticas sobre el futuro, es esencial “dejar espacio a la esperanza”. También instó a los gobernantes del mundo a tomar medidas concretas para aliviar el sufrimiento de los más necesitados, pidiendo la condonación de las deudas de los países más pobres y la abolición de la pena de muerte.
A lo largo del Año Santo, además de la apertura de la Puerta Santa en la basílica de San Pedro, otras Puertas Santas en Roma se abrirán en las próximas semanas. La primera de ellas será en la basílica de San Juan de Letrán el 29 de diciembre, seguida de la apertura en Santa María la Mayor el 1 de enero de 2025. Sin embargo, como acto excepcional, el Papa visitará la prisión romana de Rebibbia el 26 de diciembre para abrir una Puerta Santa allí, llevando su mensaje de esperanza y perdón a los reclusos.
Este Jubileo de la Esperanza será un momento clave para la Iglesia, que invita a todos los fieles a reflexionar sobre el poder de la fe, la misericordia y la solidaridad en un mundo que necesita, más que nunca, de gestos de compasión y unidad.