El saldo de víctimas del terremoto de magnitud 7.7 que sacudió Birmania el pasado viernes continúa en aumento. Según los últimos reportes, más de 2,400 personas han perdido la vida, mientras que los heridos superan los 3,900. Las cifras provienen tanto de la junta militar del país como del Gobierno de Unidad Nacional (NUG), el cual se opone al régimen castrense.
Zaw Min Tun, portavoz de la junta militar, confirmó que el número de muertos a nivel nacional ha ascendido a 2,056, y que más de 3,900 personas han resultado heridas en las zonas afectadas del centro-norte del país. Por otro lado, el NUG, que controla algunas regiones del país y tiene acceso a otras fuentes de información, ha reportado un total de 2,418 muertos, con numerosos desaparecidos que aún no han sido localizados.
En un boletín emitido este lunes, el NUG explicó que sus cifras se basan en datos obtenidos de sus equipos en áreas bajo su control y en informes provenientes de fuentes confiables en otras zonas del país. La situación sigue siendo crítica, y las autoridades continúan buscando a los desaparecidos y evaluando los daños en las zonas más afectadas por el potente sismo.