El muro construido en la frontera de Estados Unidos con México por el Gobierno de Donald Trump causó “daños y destrucción significativa” al medio ambiente y al patrimonio cultural, según concluye la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO, en inglés) en un informe divulgado el jueves.
El documento de 72 páginas del organismo de control indica que los esfuerzos del expresidente republicano para cumplir su promesa de campaña (construir 450 millas de muro en la frontera suroeste para disuadir a indocumentados) obstaculizaron la migración de especies en peligro de extinción, erosionaron tierras federales, afectaron al flujo de agua y dañaron “irreparablemente” sitios tribales sagrados.
Para construir el muro en Arizona, California, Nuevo México y Texas, la Administración Trump renunció a cumplir leyes que protegen los recursos culturales y naturales en territorios federales.
La barrera se extendió, entre otros lugares, a través del Monumento Nacional Organ Pipe Cactus de Arizona; el Refugio Nacional de Vida Silvestre de San Bernardino; y el Bosque Nacional Coronado; y por sectores de un refugio nacional de vida silvestre en el Valle Inferior del río Grande de Texas.
Según el informe, el 81% de los nuevos paneles sustituyeron a barreras ya existentes. En algunos casos, barreras peatonales más estrechas sustituyeron a barreras para vehículos con aberturas más anchas, obstruyendo el paso de la fauna, incluidas algunas especies en peligro de extinción, según el reporte.
La construcción también ha dañado la vegetación autóctona e interrumpe los flujos naturales de agua, lo que a su vez ha “amenazado y puesto en peligro” a especies de peces además de afectar el drenaje durante las lluvias torrenciales, según el informe.