La condena de 15 años impuesta a Ernesto De Los Reyes Jr. por la muerte de Rolando Reyna Jr. en Brownsville es alarmantemente leve, especialmente considerando el historial delictivo del acusado. De Los Reyes, conocido por la policía local, había sido detenido en múltiples ocasiones previas. Su comportamiento violento se evidenció aún más cuando agredió a un oficial antes del juicio, un incidente que el propio policía relató en la corte.
El 24 de septiembre de 2023, la policía respondió a una llamada en los apartamentos Bella Terra, donde encontraron a Reyna con una herida mortal en el pecho, resultado de un altercado que comenzó horas antes. Durante el juicio, se reprodujo una llamada al 911 en la que un testigo describía a De Los Reyes como “loco” y armado con un arma punzocortante. A pesar de estas alarmantes circunstancias, el jurado optó por un veredicto de homicidio involuntario, que lleva a una sentencia claramente insuficiente.
La vida de un joven fue brutalmente arrebatada, y la respuesta de nuestro sistema judicial es un castigo que no refleja la gravedad del crimen ni el peligro que representa De Los Reyes para la sociedad. Esta sentencia no solo deja un vacío de justicia para la familia de la víctima, sino que también plantea serias dudas sobre la capacidad del sistema para proteger a la comunidad de individuos con historiales de violencia.
La comunidad debe preguntarse si esta condena realmente sirve como una medida de justicia, o si es simplemente una indulgencia que podría permitir que un peligroso criminal regrese a las calles demasiado pronto. La memoria de Rolando Reyna Jr. merece más que un veredicto de culpabilidad; merece una justicia que verdaderamente refleje el valor de la vida que se perdió.