El juez Juan Merchan, quien procesó al expresidente Donald Trump por los pagos irregulares a la actriz porno Stormy Daniels, dará a conocer su sentencia el próximo 10 de enero, a solo diez días de la investidura de Trump para su segundo mandato como presidente de Estados Unidos. Este caso, en el que Trump fue declarado culpable en mayo de 2023, ha generado una gran atención mediática y legal, y la sentencia se anticipa como un momento histórico en la política estadounidense.
El 4 de diciembre, la defensa de Trump había solicitado al juez Merchan que desestimara el caso, invocando una sentencia del Tribunal Supremo que concede inmunidad a los presidentes de EE.UU. La defensa argumentó que los derechos de Trump como presidente electo debían ser considerados similares a los de un mandatario en ejercicio. Sin embargo, Merchan desestimó este pedido, manteniendo el curso del juicio.
En sus consideraciones, el juez indicó que la sentencia no incluiría pena de prisión, una decisión que fue respaldada por la Fiscalía, que no recomendó cárcel en este contexto. Aunque Trump fue declarado culpable de los cargos relacionados con los pagos a Daniels, Merchan dejó claro que no se impondría una pena de prisión, mencionando además que existían “preocupaciones sobre la doctrina de la inmunidad presidencial”, en alusión al argumento principal de la defensa.
El expresidente no ha emitido comentarios públicos sobre la decisión del juez, pero en el pasado ha criticado a Merchan por su supuesta parcialidad en favor del Partido Demócrata. Trump, quien ya se prepara para asumir nuevamente la presidencia, verá cómo este juicio marca un precedente en la historia judicial de Estados Unidos.
De acuerdo con el diario *The Washington Post*, este caso será recordado como el primero en la historia en el que un presidente condenado por un delito grave asume el cargo, lo que subraya la singularidad de la situación política y legal en la que se encuentra el exmandatario.
La sentencia de Merchan se llevará a cabo el viernes a las 9:30 horas locales, y el acusado deberá comparecer en persona o de manera virtual. El 10 de enero será una fecha clave no solo para el futuro judicial de Trump, sino también para la política del país, en un contexto de incertidumbre y polémica que rodea su regreso a la Casa Blanca.
