SpaceX lanzó con éxito este jueves Starship, el cohete más grande y potente de la historia con el que multimillonario Elon Musk pretende llegar a la Luna y, algún día, a Marte, pero la nave no logró alcanzar la órbita terrestre y estalló pocos minutos después de despegar de Texas.
“Por si la prueba de vuelo no fuera suficientemente emocionante, Starship se desintegró rápidamente de forma no programada antes de llegar a la fase de separación”, explicó la compañía aeroespacial en un mensaje publicado en la red social Twitter.