El tráfico de armas provenientes de Estados Unidos sigue siendo un problema crítico en México, especialmente en los estados fronterizos del norte. Según datos oficiales, al menos cuatro entidades concentran el 40% de las armas decomisadas en el país durante 2024, destacando las ciudades de San Luis Río Colorado, Nogales y Reynosa como puntos clave en esta problemática.
El informe, presentado por autoridades federales, señala que Baja California, Sonora, Chihuahua y Tamaulipas son los estados con mayor incidencia en el decomiso de armamento, reflejando la vulnerabilidad de las fronteras como rutas principales para el tráfico ilícito de armas. Estas armas, muchas de ellas de alto poder, terminan en manos del crimen organizado, exacerbando la violencia en estas regiones.
“El tráfico de armas sigue siendo uno de los principales factores que alimenta la inseguridad en México. La cercanía con Estados Unidos, donde la legislación permite la venta de armas de manera más accesible, facilita su introducción ilegal al país”, explicó un funcionario de la Secretaría de Seguridad.
En localidades como San Luis Río Colorado y Nogales, en Sonora, se ha detectado un incremento significativo en el aseguramiento de armas largas y municiones. En Reynosa, Tamaulipas, un punto estratégico para los cárteles debido a su conexión directa con Texas, las incautaciones también han aumentado considerablemente.
Especialistas en seguridad advierten que el fenómeno no solo afecta a los estados fronterizos, sino que tiene un impacto nacional, ya que las armas decomisadas suelen estar vinculadas a delitos graves como homicidios y extorsiones.
El gobierno mexicano ha reforzado operativos en puntos fronterizos y aduanas para combatir este tráfico, pero el problema persiste debido a la alta demanda de armamento por parte de organizaciones criminales. Asimismo, se ha reiterado el llamado a Estados Unidos para implementar mayores controles en la venta de armas y colaborar más estrechamente con México en el combate al tráfico ilícito.
Mientras tanto, las comunidades fronterizas enfrentan los efectos directos de esta crisis, que no solo incrementa los índices de violencia, sino que también genera una sensación de inseguridad constante entre los habitantes. La urgencia de acciones binacionales se mantiene como una prioridad en la agenda de seguridad de ambos países.
Imágen cortesía: France24