En una decisión histórica, la Corte Suprema de Estados Unidos resolvió este viernes mantener vigente la ley que prohíbe el funcionamiento de TikTok en el país a menos que su empresa matriz, la china ByteDance, venda la popular plataforma antes del próximo domingo. La medida, aprobada con amplio respaldo bipartidista en el Congreso, responde a preocupaciones sobre la seguridad nacional, al considerar que TikTok podría ser utilizada como una herramienta de espionaje y recopilación de datos por parte del gobierno chino.
La legislación, que ha generado un intenso debate tanto a nivel nacional como internacional, busca forzar a ByteDance a deshacerse de TikTok o enfrentar la prohibición total de la aplicación en territorio estadounidense. Este fallo de la Corte Suprema pone fin a semanas de incertidumbre legal, ratificando la posición del gobierno y el Congreso sobre los riesgos potenciales asociados con la plataforma.
Desde su aprobación, la ley ha sido defendida por legisladores de ambos partidos como una medida necesaria para proteger la privacidad de los usuarios estadounidenses y salvaguardar información estratégica. Sin embargo, críticos de la normativa argumentan que la decisión podría sentar un precedente preocupante sobre la libertad digital y el acceso a plataformas extranjeras.
ByteDance, por su parte, ha negado reiteradamente las acusaciones de colaborar con el gobierno chino y ha intentado negociar posibles acuerdos con el gobierno estadounidense para evitar la venta o el veto de TikTok. Sin embargo, estas negociaciones no han logrado un consenso, lo que llevó al caso hasta la instancia más alta del sistema judicial.
Con millones de usuarios activos en Estados Unidos, TikTok se ha convertido en una de las plataformas más populares, especialmente entre los jóvenes, lo que intensifica la controversia en torno a su posible prohibición. A medida que el plazo límite del domingo se acerca, la atención internacional se centra en los próximos pasos de ByteDance y las implicaciones de esta decisión en las relaciones entre Washington y Beijing.
Esta resolución subraya una creciente preocupación en Estados Unidos sobre el control de datos personales y el impacto de las empresas tecnológicas extranjeras en la seguridad nacional, marcando un capítulo decisivo en la política digital global.
Imágen cortesía: CloudDataCenter
