Con el propósito de atender las necesidades de las comunidades impactadas por la tormenta tropical Harold, el Comité Estatal de Seguridad en Salud ha puesto en marcha los protocolos de resguardo para minimizar los posibles perjuicios para la población.
En una sesión extraordinaria, siguiendo las instrucciones inmediatas del gobernador Américo Villareal Anaya, el secretario de Salud, Vicente Joel Hernández Navarro, ha dirigido de forma virtual la reunión con los representantes de las instituciones integrantes del Comité. El objetivo es coordinar las acciones preventivas y de atención requeridas ante la llegada de la tormenta.
Hernández Navarro comunicó que se han activado los operativos de atención en las jurisdicciones y los comités de salud de los municipios en la frontera, incluyendo Nuevo Laredo, Guerrero, Reynosa, Díaz Ordaz, Río Bravo, Miguel Alemán y Mier. Estos operativos están diseñados para proporcionar asistencia inmediata en las áreas que puedan ser afectadas por este fenómeno natural.
El titular de la dependencia estatal, quien se encuentra actualmente en el municipio de Nuevo Laredo, inspeccionó los puntos de comando que se instalarán en la frontera. Explicó que el operativo se enfoca en ejecutar medidas preventivas, como la limpieza de desagües, antes de la llegada de las intensas lluvias. Además, se llevará a cabo una evaluación de las necesidades y suministros, como medicamentos y equipo médico, así como recursos humanos, para cada una de las actividades que se emprenderán en esas áreas.
Durante la reunión se acordó la identificación de refugios temporales y la movilización de voluntarios para realizar labores de saneamiento básico. Asimismo, se trabajará en colaboración con el sector salud para brindar atención médica hospitalaria en caso de ser necesario para la población afectada. También se acordó poner atención especial en los grupos más vulnerables, como adultos mayores, embarazadas, menores de edad, pacientes con enfermedades crónicas y discapacidades, entre otros.
Se destacó que después de la tormenta, las actividades de salud pública deberán mantenerse durante más de cuatro semanas, debido a los efectos residuales. Por ello, se enfatizó la importancia de que los programas de salud, como los de promoción, control de vectores y epidemiología, mantengan la vigilancia para monitorear la incidencia de enfermedades como diarreas, infecciones respiratorias, hepatitis, dengue, varicela, entre otras.
Finalmente, se reiteró la necesidad de mantener una comunicación constante a través de los canales de enlace establecidos entre las distintas dependencias, con el fin de identificar las necesidades de los habitantes, tales como distribución de alimentos, suministro de agua y evacuación oportuna en zonas de riesgo. Esta comunicación será vital no solo durante las lluvias, sino durante todo el tiempo que sea necesario.