La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, hizo un llamado a no asociar la migración con la violencia, especialmente frente al aumento previsto de migrantes en el país debido a las deportaciones masivas y las restricciones que podría implementar el futuro presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Durante su habitual conferencia matutina, Sheinbaum expresó su rechazo a esta estigmatización, subrayando que la mayoría de los migrantes se ven obligados a dejar sus hogares por razones económicas y de seguridad.
“No hay que asociar, porque si no nuestro lenguaje se parece a otros, migrantes con violencia. Nosotros somos un pueblo solidario, generoso, y la gente, el 99 por ciento o más de las personas, migran por necesidad”, afirmó la mandataria. Este comentario se da en un contexto de creciente preocupación por el impacto de la migración en las ciudades fronterizas de México, especialmente en lugares como Ciudad Juárez, donde se teme que un incremento en el flujo de migrantes deportados de Estados Unidos pueda afectar la seguridad.
Sheinbaum hizo hincapié en que los migrantes buscan un futuro mejor para sus familias y que, lejos de ser una amenaza, son personas que migran por la falta de oportunidades en sus países de origen. La presidenta reiteró que el Gobierno mexicano está preparado para recibir a los migrantes deportados, especialmente a los mexicanos, aunque también pidió que otros países de América Latina asuman su responsabilidad en el retorno de sus propios ciudadanos.
Este tema ha adquirido relevancia debido a que las deportaciones masivas prometidas por Trump generan una gran preocupación en México. Según datos del gobierno mexicano, los mexicanos constituyen cerca de la mitad de los 11 millones de indocumentados en Estados Unidos, y las remesas enviadas por estos migrantes representan casi el 4% del Producto Interno Bruto (PIB) de México, con un récord estimado de 65 mil millones de dólares en 2024.
Además, aunque el número de encuentros de migrantes irregulares en la frontera entre Estados Unidos y México disminuyó en un 75% en 2024, las autoridades mexicanas registraron más de 925,000 migrantes irregulares entre enero y agosto de ese año, lo que representa un aumento del 132% con respecto al mismo periodo del año anterior.
La presidenta Sheinbaum se mostró escéptica sobre la posibilidad de que se lleven a cabo las deportaciones masivas prometidas por Trump, pero destacó que, de ser necesario, México está listo para recibir a los migrantes de manera digna. “No estamos a favor de estas deportaciones, pero si se llegan a dar, porque no todo depende de lo que nosotros decidamos, vamos a recibir a los mexicanos y mexicanas que lleguen a nuestro país”, comentó.
Sheinbaum también anunció que, una vez que Trump asuma nuevamente la presidencia, buscará reunirse con su equipo para discutir la situación. “Ya habrá un momento para hablar con el Gobierno de Estados Unidos, si realmente ocurren estas deportaciones, pero aquí los vamos a recibir bien y tenemos un plan que vamos a presentar”, concluyó.
Este enfoque busca promover una narrativa más humanitaria sobre la migración, apelando a la solidaridad regional y a una respuesta organizada ante los desafíos que podrían presentarse en las próximas semanas.
