La tensión comercial entre China y Estados Unidos se intensificó este viernes luego de que el gobierno chino anunciara una nueva ronda de aranceles de hasta el 125% a importaciones provenientes del país norteamericano, en una clara respuesta a las tarifas del 145% impuestas por la administración de Donald Trump apenas un día antes.
La decisión fue comunicada por la Comisión Arancelaria del Consejo de Estado, a través de un documento difundido por el Ministerio de Finanzas de China. En él, se acusa a Washington de violar las normas del comercio internacional y actuar en contra de los principios económicos fundamentales.
“La imposición por parte de Estados Unidos de aranceles anormalmente altos a China viola de forma grave las normas comerciales internacionales, las leyes económicas básicas y el sentido común”, señaló el comunicado oficial, en un tono que evidencia el malestar del gobierno chino ante las medidas estadounidenses.
Los nuevos aranceles, que entrarán en vigor el 12 de abril, buscan frenar lo que Pekín considera una escalada injustificada por parte de EE.UU. Además, las autoridades chinas anunciaron que presentarán una nueva queja ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) para impugnar los aranceles estadounidenses, subrayando su intención de recurrir a instancias multilaterales para resolver el conflicto.
Con esta medida, se espera que el costo de muchos productos estadounidenses en el mercado chino se dispare, afectando sectores clave como tecnología, agroindustria y manufactura. La medida añade más presión a las ya tensas cadenas globales de suministro y abre un nuevo capítulo en las fricciones comerciales entre las dos principales economías del mundo.
Analistas internacionales advierten que este nuevo episodio podría tener repercusiones en los mercados financieros globales y en la recuperación económica postpandemia, que ya enfrenta múltiples desafíos en diversas regiones del mundo.