En una sesión histórica, el Congreso de la Ciudad de México aprobó este martes una reforma que permitirá la realización de corridas de toros sin violencia. La medida, impulsada por la jefa de Gobierno, Clara Brugada, generó una fuerte respuesta tanto de activistas en defensa de los animales como de sectores taurinos.
El dictamen fue aprobado en lo general y en lo particular, con algunos cambios respecto a la propuesta original. Uno de los ajustes más relevantes establece que el tiempo máximo para la participación de cada toro o novillo en el espectáculo será de 15 minutos, en lugar de los 10 minutos contemplados inicialmente. Además, se especificó que, una vez concluida la corrida, los animales deberán ser devueltos a sus ganaderías o propietarios.
Tensión en las calles y en el Congreso
Previo a la votación, decenas de activistas se concentraron en el Monumento a Juárez y marcharon hacia el Congreso local para exigir la prohibición definitiva de la tauromaquia en la ciudad. Sin embargo, el avance de la protesta se vio afectado por momentos de tensión y altercados entre defensores de los derechos animales y simpatizantes de las corridas de toros, quienes intentaron ingresar al recinto legislativo para frenar la discusión.
Arturo Berlanga, director de la organización AnimaNaturalis en México, denunció que grupos a favor de la tauromaquia intentaron impedir la votación. A pesar de ello, la iniciativa fue aprobada y celebrada con consignas como “Ya cayó, ya cayó, la tauromaquia ya cayó”, por parte de los manifestantes que permanecían en las inmediaciones del Congreso.
Con esta decisión, la Ciudad de México se convierte en una de las primeras entidades en el país en modificar la regulación de la tauromaquia, abriendo el debate sobre el futuro de esta práctica en el resto del territorio naciona