San Salvador, 21 de abril de 2025 – El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha propuesto al gobierno de Venezuela un intercambio de 252 venezolanos detenidos en la megacárcel CECOT, muchos de ellos deportados por Estados Unidos, por un número igual de “presos políticos” encarcelados en Venezuela, según una publicación en la plataforma X.
Bukele, en un mensaje dirigido al presidente venezolano Nicolás Maduro, afirmó que los detenidos en El Salvador, acusados de pertenecer a pandillas como el Tren de Aragua o MS-13, incluyen asesinos y violadores, mientras que los presos políticos venezolanos “no han cometido ningún delito” y están encarcelados por oponerse a Maduro y denunciar “fraudes electorales”. Sin embargo, las autoridades salvadoreñas y estadounidenses han presentado pocas pruebas que vinculen a los reclusos con estos grupos criminales.
Entre los “presos políticos” mencionados por Bukele están Rafael Tudares, yerno del excandidato presidencial opositor Edmundo González, detenido en Caracas en enero; Corina Parisca de Machado, madre de la líder opositora María Corina Machado; y cuatro líderes políticos asilados en la Embajada de Argentina en Venezuela, acusados de terrorismo y traición. También incluyó al periodista Roland Carreño, la activista Rocío San Miguel y a casi 50 ciudadanos de otros países, incluido Estados Unidos.
Maduro ha calificado las deportaciones de migrantes venezolanos como un “secuestro” y ha negado que sean delincuentes, exigiendo su retorno. CNN ha solicitado comentarios al gobierno venezolano sobre la propuesta, sin respuesta hasta el momento.
La iniciativa de Bukele se produce en un contexto de críticas internacionales por su política de mano dura contra la delincuencia, que incluye la suspensión de libertades civiles y ha sido señalada por organizaciones de derechos humanos por presuntos abusos. A pesar de esto, Bukele, autoproclamado “el dictador más genial del mundo”, goza de gran popularidad en El Salvador, donde fue reelegido en 2024 por amplia mayoría.
El intercambio propuesto pone en el centro del debate las tensiones entre ambos líderes y la situación de los derechos humanos en ambas naciones, mientras El Salvador enfrenta el desafío de gestionar a cientos de deportados bajo la administración de Donald Trump.