En Estados Unidos, se está registrando la mayor oleada de casos de COVID-19 durante el verano en dos años. Esta tendencia se ha observado en medio de un aumento en la tasa de hospitalizaciones y casos graves, especialmente en áreas con baja cobertura de vacunación. El incremento en los contagios se atribuye a la circulación de nuevas variantes del virus, que parecen ser más transmisibles.
Las autoridades de salud están instando a la población a mantener las medidas de prevención, como el uso de mascarillas en lugares cerrados y el refuerzo de la vacunación. Además, se está reforzando el monitoreo y la capacidad hospitalaria para enfrentar el posible aumento en la demanda de atención médica.
Este repunte en los casos destaca la importancia de continuar con las estrategias de mitigación y mantenerse informados sobre las recomendaciones de salud pública para controlar la propagación del virus.