Funcionarios rusos informaron el miércoles que la cifra de fallecidos debido al ataque ocurrido la semana pasada en una sala de conciertos en las afueras de Moscú ha aumentado a 143. Además, alrededor de 80 personas que resultaron heridas en el atentado aún se encuentran hospitalizadas.
El viernes por la noche, se produjo una masacre en el Crocus City Hall, un extenso complejo comercial y de entretenimiento en las afueras del noroeste de Moscú. Este ataque terrorista se convirtió en el más mortífero en suelo ruso en casi dos décadas. Al menos cuatro individuos armados con fusiles automáticos abrieron fuego contra la multitud y provocaron un incendio.
Una parte del grupo Estado Islámico se adjudicó la responsabilidad del ataque, y los servicios de inteligencia estadounidenses dijeron que tenían información que confirmaba la responsabilidad del grupo. El presidente francés, Emmanuel Macron, señaló que Francia también tenía informes que apuntaban a “una entidad de ISIS” como responsable del ataque.
La actualización de fallecimientos del Ministerio de Emergencias de Rusia no proporcionó detalles sobre el número de heridos, sin embargo, el Ministro de Salud, Mikhail Murashko, informó temprano el miércoles que 80 personas permanecían hospitalizadas y otras 205 habían buscado atención médica debido al ataque.
Al día siguiente del ataque, el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) anunció el arresto de 11 individuos, incluidos cuatro presuntos autores materiales. Estos cuatro, ciudadanos tayikos, comparecieron ante un tribunal el domingo enfrentando cargos de terrorismo. Todos mostraban signos de haber sido golpeados, con uno de ellos apenas consciente durante la audiencia.
Los funcionarios rusos continúan culpando a Ucrania y a Occidente por el ataque, una acusación que Kiev niega categóricamente.