El presidente Andrés Manuel López Obrador ha enfatizado que su administración no tolerará las deportaciones de migrantes llevadas a cabo por el Gobierno de Texas, dirigido por Greg Abbott, como consecuencia de la controvertida ley migratoria implementada en dicho estado.
En la conferencia matutina de Palacio Nacional, López Obrador dejó en claro que su Gobierno “no se va a quedar con los brazos cruzados”.
El mandatario mexicano calificó “draconiana“, deshumanizada” y anticristiana” la ley migratoria de Texas, llamada SB4.
El martes por la noche, el Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito de Estados Unidos detuvo la implementación de la controvertida ley migratoria de Texas que permite la detención y expulsión de migrantes sospechosos de entrar irregularmente al estado. Esto ocurrió poco después de que el Tribunal Supremo levantara su restricción inicial sobre la misma.
Presidido por el juez Samuel Alito, el tribunal federal bloqueó la legislación, conocida como SB4, apenas unas horas después de que el Supremo permitiera su implementación temporal, a la espera de una revisión por parte del Quinto Circuito.
Un panel compuesto por tres jueces decidió revertir una decisión anterior que había permitido la implementación de la ley tras la acción del Supremo y, en última instancia, bloquear la ley estatal que criminalizaba la entrada irregular desde México a Texas.
Esto marca un punto temporal en el continuo vaivén entre el Supremo y este tribunal federal con sede en Nueva Orleans. Tras ampliar la suspensión de la ley, el Supremo decidió levantarla y dejar en manos del Quinto Circuito la determinación sobre su vigencia.
El Quinto Circuito ha anunciado que escuchará argumentos sobre la ley este miércoles, lo que deja el futuro de esta legislación criticada aún incierto.
