Ante las pocas posibilidades de que el Congreso apruebe una ley de seguridad fronteriza, la Casa Blanca quiere actuar. Se espera que los cruces de inmigrantes vuelvan a alcanzar los niveles récord del año pasado.
El Gobierno de Biden está considerando tomar medidas ejecutivas para disuadir la inmigración ilegal a través de la frontera sur, según dos funcionarios estadounidenses.
Dado que la aprobación de una ley sobre seguridad fronteriza en el Congreso parece improbable, los planes que se están estudiando indican que la Casa Blanca quiere tomar medidas antes de que las cifras en la frontera, que han descendido en el último mes, vuelvan a aumentar como se espera.
Los planes han sido estudiados durante meses, según los funcionarios. En diciembre, cuando el Congreso se disponía a salir de vacaciones sin una solución para la frontera, los cruces ilegales en la demarcación suroeste alcanzaron récords de más de 10,000 al día.
Las medidas unilaterales bajo consideración podrían molestar a algunos progresistas en el Congreso, señalaron funcionarios, pero dijeron que los alcaldes demócratas que han pedido más ayuda del Gobierno federal para enfrentar la afluencia de migrantes en sus ciudades estarían complacidos. Las medidas aún están siendo redactadas y no se espera que sean llevadas a vías de hecho en breve.
Este miércoles, los republicanos del Senado bloquearon un proyecto de ley fronteriza bipartidista que habían negociado con los demócratas y el Gobierno de Biden durante meses.
En un comunicado, un portavoz de la Casa Blanca dijo: “La Administración pasó meses negociando de buena fe para entregar el proyecto de ley de seguridad fronteriza bipartidista más duro y justo en décadas, porque necesitamos que el Congreso haga reformas políticas significativas y proporcione fondos adicionales para asegurar nuestra frontera”.
“Hoy, los republicanos del Congreso han optado por anteponer la política partidista a nuestra seguridad nacional y han votado en contra de lo que los agentes fronterizos han dicho que necesitan. Ninguna acción reguladora logrará lo que el acuerdo bipartidista de seguridad nacional habría conseguido a favor de la seguridad fronteriza y el sistema de inmigración en general”.
Independientemente de lo mucho que cualquier acción ejecutiva podría parecer que consigue en términos de aplicación de la ley de inmigración tanto en la frontera como en el interior del país, dijeron los funcionarios, ello palidecería en comparación con los efectos que hubieran tenido lugar si el Congreso hubiera aprobado el proyecto de ley de seguridad fronteriza.
“Es un plan B”, comentó un funcionario. Ambos dijeron que no hacer nada no era una opción.
El martes, el presidente, Joe Biden, argumentó que el proyecto de ley bipartidista habría “conseguido cambios importantes en el dañado sistema de inmigración”, y consideró que la medida es “la ley más dura y justa” sobre la frontera que se haya propuesto jamás.