Las importaciones de combustible desde Texas hacia México han sido prácticamente detenidas, tras la implementación de medidas más estrictas por parte del gobierno mexicano para combatir la evasión fiscal en el sector energético. Como resultado, el flujo de gasolina y diésel en la frontera sur de Estados Unidos ha quedado paralizado durante las últimas dos semanas.
De acuerdo con fuentes vinculadas al sector energético, el reforzamiento en las inspecciones aduaneras ha provocado que camiones cargados con combustibles enfrenten largas demoras o no puedan cruzar hacia territorio mexicano. Un distribuidor, que prefirió mantenerse en el anonimato, describió la situación como un “frenazo total” a su operación: “Mi negocio se secó de la noche a la mañana”, comentó, haciendo referencia a la drástica caída en la demanda debido a las nuevas revisiones.
México, el principal comprador de combustible estadounidense
La interrupción ocurre en un contexto en el que México se mantiene como el principal comprador de productos petrolíferos provenientes de Estados Unidos. Tan solo en enero de este año, ingresaron al país 1.15 millones de barriles diarios de gasolina, diésel y otros derivados, según datos oficiales.
Sin embargo, este importante flujo comercial se ha visto afectado por el endurecimiento de los controles fiscales, con el objetivo declarado de combatir prácticas irregulares en la importación de combustibles.
Impacto en el sector y posibles repercusiones
Especialistas advierten que la medida, si bien busca corregir fallas estructurales en el sistema de importación, podría tener implicaciones significativas para el abasto de combustibles en algunas regiones del país, especialmente en el norte. Además, se teme que la parálisis en la frontera afecte la logística de pequeñas y medianas distribuidoras, que dependen del suministro directo desde Texas.
Hasta el momento, no se ha informado oficialmente cuándo se normalizarán los cruces fronterizos ni si se planean ajustes a los procesos de inspección. Mientras tanto, el sector energético permanece en alerta, a la espera de que se esclarezca el alcance y la duración de estas medidas.
Este episodio subraya la tensión entre la necesidad de fiscalizar el comercio transfronterizo de hidrocarburos y los riesgos operativos que conlleva un cambio abrupto en las reglas del juego.