Estados Unidos

Astoria, la pava exploradora que conquistó Manhattan, inquieta a observadores y vecinos

En una ciudad acostumbrada a lo extraordinario, una visitante inesperada ha captado la atención de residentes y expertos por igual. Se trata de Astoria, una hembra de pavo salvaje que, tras vivir en relativa tranquilidad durante un año en la isla de Roosevelt, decidió emprender una travesía que la llevó a cruzar el East River y aterrizar en pleno corazón de Manhattan.

El singular viaje ocurrió el pasado domingo, cuando el ave alzó vuelo poco antes del mediodía y recorrió el río hasta llegar a Midtown. Allí, según el grupo Manhattan Bird Alert, pasó horas encaramada en los árboles, observando la ciudad que se abría ante ella. Más tarde, se refugió en un patio interior, donde pasó la noche entre las ramas, probablemente soñando con encontrar al compañero ideal en plena temporada de apareamiento.

David Barrett, uno de los observadores de aves más activos de la ciudad, ha seguido de cerca los pasos de Astoria desde que apareció por primera vez en Roosevelt Island. En conversación con el medio local Gothamist, expresó su preocupación por la seguridad del ave en un entorno tan urbano: “Me alegra verla, pero este no es lugar para ella. Las calles de Manhattan no están hechas para un pavo”.

La búsqueda de amor de Astoria ha desatado tanto ternura como inquietud. Aunque su colorido plumaje marrón, rojo, negro y azul ha encantado a quienes han tenido la suerte de verla, su presencia en zonas transitadas ha movilizado incluso a la policía, que intentó capturarla para devolverla a su hábitat más seguro. No obstante, Astoria demostró ser ágil y escurridiza: escapó de los intentos de rescate y se detuvo frente a la ventana de Denise LaVetty, una residente local que describió la experiencia como “emocionante” y pasó horas observándola desde su apartamento.

Los expertos creen que las probabilidades de que Astoria encuentre pareja son escasas, ya que se presume que es el único ejemplar salvaje de su especie en esta zona de la ciudad. Barrett, quien la alimenta diariamente en Roosevelt Island, espera que su breve aventura concluya pronto y que regrese a su entorno habitual, donde cuenta con espacios verdes y menos peligros que los que enfrentaría entre taxis y rascacielos.

El episodio ha traído a la memoria el caso de Flaco, el búho que escapó del zoológico de Central Park en 2023 y cautivó a los neoyorquinos durante más de un año antes de morir tras impactarse contra un edificio. A diferencia de Flaco, Astoria no viene de un entorno de cautiverio, pero su presencia en Manhattan revive esa mezcla de admiración, preocupación y cariño que la ciudad parece reservar para sus inesperados habitantes alados.

Por ahora, Astoria continúa su vuelo libre, con el corazón —y las alas— puestos en un posible amor urbano. Mientras tanto, Nueva York la observa, fascinada.

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