La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, defendió el legado de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), pese a que el país obtuvo en su último año de gobierno la calificación más baja en su historia en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC), con una puntuación de 26 sobre 100.
Durante su conferencia matutina, la mandataria minimizó la importancia del IPC, elaborado por la organización Transparencia Internacional y considerado uno de los principales indicadores globales sobre corrupción en el sector público. Según el reporte, México descendió del puesto 126 al 140 de 180 países evaluados.
Sheinbaum argumentó que si en el país hubiese prevalecido un régimen corrupto, el expresidente López Obrador no habría mantenido altos niveles de aprobación ciudadana. “Si hubiera habido un régimen de corrupción, Andrés Manuel López Obrador no hubiera salido con una calificación de 8 sobre 10 (en las encuestas de opinión en México)”, declaró.
El informe de Transparencia Internacional, sin embargo, señala que el Poder Judicial mexicano no ha tomado medidas contundentes contra casos emblemáticos de corrupción, como los relacionados con Odebrecht y Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex).
Pese a las cifras del IPC, Sheinbaum destacó que su administración ha logrado avances en el combate a la corrupción, reflejados en la construcción de obras estratégicas, la implementación de programas de Bienestar y la reducción de la pobreza en nueve millones de personas sin necesidad de una reforma fiscal.
El debate sobre la percepción de la corrupción en México sigue abierto, con voces a favor y en contra de la interpretación de estos indicadores y su impacto en la actual administración.
