En Durango, médicos y enfermeras demuestran que su vocación no conoce límites, enfrentando adversidades con creatividad y determinación. Ante la falta de insumos médicos, estos profesionales de la salud han recurrido a la improvisación, utilizando vasos de unicel y tarros de café como herramientas para nebulizar a sus pacientes y brindarles el tratamiento que necesitan para sobrevivir.
La situación evidencia las carencias en infraestructura y recursos que enfrentan muchos hospitales en México, pero también destaca el esfuerzo incansable de quienes están en la primera línea de batalla contra las enfermedades.
Estos actos de ingenio y compromiso reflejan la urgencia de mejorar las condiciones laborales en el sector salud y dotar a los hospitales de materiales adecuados para que puedan cumplir su misión sin poner en riesgo sus vidas ni las de sus pacientes.
El llamado a las autoridades y a la sociedad es claro: apoyar a estos héroes anónimos que, con creatividad y entrega, no dejan de luchar por salvar vidas.