Washington, D.C. – La administración de Joe Biden concluye su mandato sin el repunte masivo de cruces fronterizos que algunos expertos y críticos habían anticipado para el cierre del año. Según cifras publicadas por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), en diciembre se registraron 47,300 cruces ilegales en la frontera sur, un leve aumento en comparación con los 46,612 registrados en noviembre.
Este incremento, aunque modesto, no refleja un cambio significativo en las tendencias migratorias recientes, desmintiendo los pronósticos de un posible colapso en el sistema fronterizo tras la eliminación de ciertas restricciones.
Un cierre inesperadamente estable
El gobierno federal atribuye el control relativo de los cruces fronterizos a las medidas implementadas en los últimos meses, como acuerdos con México y otros países de la región para gestionar los flujos migratorios, y programas de vías legales para solicitantes de asilo.
“La cifra demuestra que nuestras estrategias para abordar la inmigración irregular están funcionando, aunque sabemos que queda mucho por hacer”, comentó un funcionario del Departamento de Seguridad Nacional.
Los números reflejan una cierta estabilidad en un contexto históricamente marcado por fluctuaciones significativas, especialmente durante las temporadas de invierno, cuando algunos años han visto aumentos abruptos debido a la desesperación de los migrantes por cruzar antes de nuevas restricciones.
Críticas y desafíos pendientes
Sin embargo, críticos de la administración Biden señalan que los problemas estructurales del sistema migratorio no han sido resueltos. A pesar de la ausencia de un repunte masivo, organizaciones pro inmigrantes subrayan las condiciones difíciles que enfrentan los migrantes en los centros de detención y en sus trayectorias hacia Estados Unidos.
Por otro lado, sectores conservadores argumentan que cualquier aumento, por pequeño que sea, evidencia una incapacidad para disuadir la inmigración irregular y proteger la frontera.
“Cuarenta y siete mil personas cruzando ilegalmente en un mes sigue siendo una cifra inaceptable”, declaró un portavoz republicano en el Congreso.
Un legado mixto
Mientras la administración Biden prepara su salida, el manejo de la frontera sur y la política migratoria en general quedan como uno de los temas más controversiales de su mandato. Aunque los últimos datos muestran cierto control, la inmigración sigue siendo un desafío central que el próximo gobierno deberá abordar.
Con un nuevo presidente electo en camino, y posibles cambios en las políticas fronterizas en el horizonte, la situación en la frontera sur continúa siendo un reflejo de las tensiones políticas, sociales y económicas que definen el debate migratorio en Estados Unidos.
Imágen cortesía: Médico Sin Fronteras
